domingo, 23 de septiembre de 2007

Amazing Grace

Amazing Grace! how sweet the sound
That saved a wretch like me
I once was lost, but not am found
Was blind but now I see

Twas grace that taught my heart to fear
And grace my fears relieved
How precious did that grace appear
The hour I first believed

Through many dangers, toils, and snares
I have already come
Tis grace that brought me safe thus far
And grace will lead me home

The Lord has promised good to me
His word my hope secures
He will my shield and portion be
As long as life endures

And when this flesh
and heart shall fail
and mortal life shall cease
I shall possess
within the vale
a life of joy and peace

When we've been there ten thousand years
Bright, shining as the sun
We've no less days to sing God's praise
Than when we first begun

Amazing Grace! how sweet the sound
That saved a wretch like me
I once was lost, but not am found
Was blind but now I see

John Newton (1725/1807)

jueves, 13 de septiembre de 2007

Aceituneros

Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma, ¿quién, quién levantó los olivos? No los levantó la nada, ni el dinero, ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor. Unidos al agua pura y a los planetas unidos, los tres dieron la hermosura de los troncos retorcidos. Levántate, olivo cano, dijeron al pie del viento. Y el olivo alzó una mano poderosa de cimiento. Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma ¿quién quién amamantó los olivos? Vuestra sangre, vuestra vida, no la del explotador que se enriqueció en la herida generosa del sudor. No la del terrateniente que os sepultó en la pobreza, que os pisoteó la frente, que os redujo la cabeza. Árboles que vuestro afán consagró al centro del día eran principio de un pan que sólo el otro comía. ¡Cuántos siglos de aceituna, los pies y las manos presos, sol a sol y luna a luna, pesan sobre vuestros huesos! Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, pregunta mi alma: ¿de quién, de quién son estos olivos? Jaén, levántate brava sobre tus piedras lunares, no vayas a ser esclava con todos tus olivares. Dentro de la claridad del aceite y sus aromas, indican tu libertad la libertad de tus lomas.
(MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942))
Para Charo.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Imagen de tu huella

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos.

No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando cardos y agostando hinojos.

No sé qué es mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.

Ya se desembaraza y se desmembra
el angélico lirio de la cumbre,
y al desembarazarse da un relumbre
que de un puro relámpago me siembra.

Es el tiempo del macho y de la hembra,
y una necesidad, no una costumbre,
besar, amar en medio de esta lumbre
que el destino decide de la siembra.
Toda la creación busca pareja:
se persiguen los picos y los huesos,
hacen la vida para todas las cosas.

En una soledad impar que aqueja,
yo entre esquilas sonantes como besos
y corderas atentas como esposas.

Miguel Hernández

A mi esposo Vicenç

lunes, 10 de septiembre de 2007

Chanson d'automne

Les sanglots longs
Des violons
De l'automne
Blessent mon coeur
D'une langueur
Monotone.

Tout suffocant
Et blême, quand
Sonne l'heure,
Je me souviens
Des jours anciens
Et je pleure.

Et je m'en vais
Au vent mauvais
Qui m'emporte
Deçà, delà,
Pareil à la
Feuille morte.

Paul Verlaine (1844-1896)
Poemas saturnianos (1866)